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Tecnología que desafía la tradición: robots para el cultivo de Baby Leaf y un invernadero sin suelo para fresa y lechuga

La tecnología robotizada para la producción de Baby Leaf, y la hidroponía de vanguardia que permite el cultivo de fresa y lechuga en una misma instalación, son dos de las novedades más a la vanguardia en lo que se refiere al cultivo de invernadero.

Rusia ya cuenta con explotaciones para producción de Baby Leaf con tecnología robotizada española. Se trata de un sistema automatizado capaz de albergar 27.200 bandejas por hectárea, para un cultivo de 12 ciclos al año, con un rendimiento de 163 toneladas anuales de producto de ‘brotes tiernos’.

Además, cuenta con la ventaja de ofrecer la máxima fiabilidad en la programación y rendimiento. De esta forma, es posible contar con producciones de gran calidad, con total limpieza y uniformidad.

FRESA Y LECHUGA JUNTAS

Por su parte, el doble cultivo en un mismo invernadero es posible gracias a un sistema elevado que, al no necesitar pasillos para la manipulación, permite grandes densidades de plantación.

La combinación de lechuga y fresa en invernaderos de cultivo hidropónico sin sustrato es una realidad en países como Portugal, pero también se usa en España con otras variedades.

El objetivo es el incremento de producción aprovechando al máximo la superficie de cultivo, logrando una mayor rentabilidad y, por tanto, disminuir la tasa de retorno de la inversión realizada.

Así, el modelo doble de cultivo desarrollado por la empresa New Growing System (NGS) puede llegar a las 140.000 plantas por hectárea, tanto para fresa como para lechuga. Esta densidad es muy superior a la de otras formas de cultivo, con porcentajes entre un 50 y un 100 por ciento mayores, dependiendo si se opta por el sistema elevado, o por los sistemas oscilante y suspendido.

LISTOS PARA ENVASAR

Este cultivo sin suelo también se emplea para aromáticas y especias, como el orégano, la mejorana, el perejil, la rúcula, la menta o los berros, que, junto a la lechuga, fueron testados en la universidad italiana de Turín para analizar los resultados del sistema NGS.

El sistema, que usa hasta el 85% del espacio de un invernadero, logró excelentes resultados. De hecho, consiguió producir cabezas de lechuga Gentilina Rebelina de 200-250 gramos en solo un mes.

Además, se comprobó su idoneidad para producir productos empaquetados sin lavar, debido a sus óptimas condiciones de higiene y salud. Tanto es así, que podría instalarse una línea de envasado directamente en los invernaderos.

CLIMAS EXTREMOS

Otra de las principales características de los sistemas NGS es su capacidad de adaptarse a cualquier condición climatológica. La tecnología puntera empleada sirve para climas fríos, con temperaturas bajo cero en febrero que pueden llegar a los -35 grados centígrados de noche y a los -25ºC durante el día.

En estas condiciones de frío extremo se han conseguido dos ciclos de cultivo de fresa al año, de febrero a junio y de agosto a noviembre, ya que el invernadero no dispone de ‘cooling’, y se obtiene una producción anual de hasta 30 toneladas, sin luz artificial.

También ha mostrado su versatilidad al adaptar el sistema a climas muy calurosos, como en Sudáfrica o en regiones de Oriente Medio, con temperaturas que alcanzan los 50 grados centígrados.